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Food Delivery Brands, la propietaria de la cadena española Telepizza, avanza en su plan de retirada de Latinoamérica y está negociando la venta de su negocio en Ecuador, que incluye la gestión de la marca Pizza Hut, a Int Food Service, la compañía que explota la marca, que es propiedad del empresario Juan Carlos Serrano y que factura más de 600 millones de dólares.

Int Food Service, que gestiona otras franquicias en Latinaomérica, como Wendy's o Juan Valdez, dio un gran impulso a su negocio en 2018 con la compra al fondo Inverlat de la chilena Degasa, con tiendas en Chile y Argentina. La venta de Ecuador se desarrolla de forma paralel a a la búsqueda de un comprador en México, una operación sobre la que todavía no hay nada cerrado.

En 2018 Telepizza anunció una alianza, que en aquel momento calificó de histórica, por la que la empresa, hoy transformada en Food Delivery Brands, se hizo con el control de Pizza Hut en 33 países, sumando una red conjunta de 2.500 tiendas. 

El compromiso pasaba por la expansión en Latinoamérica, salvo Brasil, además de España y Portugal, con la obligación de abrir 1.500 tiendas nuevas en un plazo de 10 años. Ante la imposibilidad de cumplir esos objetivos, especialmente tras la pandemia del Covid-19, el grupo se vio obligado a renegociar ese acuerdo y a principios de 2023 la cadena española pactó quedarse únicamente como masterfranquiciado de Pizza Hut, además de España y Portugal, en los cuatro mercados más importantes para el grupo en Latinoamérica: México, Chile, Colombia y Ecuador, traspasando a Yum! un total de 560 establecimientos el pasado día 1 de enero.

Debido al deterioro del negocio, Food Delivery Brands se ha visto obligada, no obstante, a salir también de estos mercados y, siempre según las fuentes consultadas, todo indica que la próxima desinversión será en Ecuador y México. 

Al inicio del proceso de venta, Telepizza tenía 127 establecimientos en los cuatro mercados latinoamericanos que aún conservaba, a lo que se suma la gestión de 473 locales con la marca Pizza Hut. El objetivo de los acreedores - Oak Hill, HIG y Fortress-, que se hicieron con el control de la compañía ante la imposibilidad de afrontar el pago de la deuda, pasa por desprenderse ahora de estos 600 locales y centrarse únicamente en España, Portugal e Irlanda, donde su presencia es mucho más pequeña, reseñó el portal web eleconomista.es.